El riad

La terraza

Se escucha la última llamada a la oración, mientras las golondrinas llenan el cielo y la fresca brisa del Atlas va bajando a la ciudad.

En el momento mágico del atardecer, cuando las golondrinas sobrevuelan la ciudad y mientras las mezquitas llaman a la última oración del día, es cuando la terraza mejor desvela sus secretos: su jaima bereber donde recostarse a soñar, sus cómodos divanes, su vegetación susurrante e incluso un cuidado rincón donde hundir los pies en la suave arena del desierto, son solo algunas de las razones por las que no querrás irte.

 

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