Marrakech

Las puertas de Marrakech

La Medina de Marrakech está  rodeada por 20 kilómetros de murallas con sus 19 puertas. El muro original fue construido por los almorávides en el siglo  XII, para proteger la ciudad de los ataques  bereberes.

Los muros están construidos enteramente de barro y atravesados por puntales de madera y el sol del atardecer arranca de ellos tonalidades de fuego.

Muchas calesas estacionadas en la plaza Jemaa el Fna o cerca de Bab Nkob, ofrecen un recorrido completo, que dura dos horas, y el doble si se le pide al conductor disfrutar de 3 o 4 paradas que permitan cruzar a pie  algunas de las puertas de acceso a los barrios como  Bab  Agnaou, para la Kasbah, Bab  Debbagh para ver  los curtidores, o Bab Aghmat por la cual, las tropas de Abd El Moumen, tomaron la ciudad en 1147.


Un paseo ideal en torno a las murallas, que dura 4 horas, incluye algunas paradas  y sigue el siguiente circuito:

Se toma la calesa en la cola de las que esperan en Bab Nkob, la puerta a través de la  cual la avenida Mohamed V se une a la Koutoubia y  la Medina y se enfila el boulevard El Yarmouk, saliendo por  Bab El Jdid, y comenzamos el recorrido, en el sentido contrario al de las agujas de un reloj.

El camino, sigue a lo largo de la muralla que le separa de los jardines de La Mamounia y las tapias del cementerio de Sidi Soheili, uno de los siete santos de Marrakech y llega a  Bab er Rob. Dejamos  la calesa y a  30 metros nos encontramos con Bab Agnaou, que es la entrada al barrio de la Kasbah, la antigua fortaleza almohade.

Bab Agnaou, es una de las maravillas arquitectónicas de la época almohade (s. XII) y proporciona acceso a las tumbas Saadianas, a 50 metros. Tomamos la calesa para dirigirnos a Bab Ksiba y entrar en el casco antiguo a través de Bab Ighli. Cruzamos el Gran Mechouar, que divide el Palacio Real y en el otro extremo, nos encontramos con Bab El Makhzen, por donde salimos del palacio hacia Bab Ahmar, que vuelve a sacarnos del recinto de la ciudad, encaminándonos hacia la Zaouia de otro de los santos de Marrakech, Sidi Youssef Ben Alí, protector  contra la lepra, al lado de Bab Aghmat.

Subimos con la calesa por la route des Remparts, hacia Bab Aylen, bordeando las murallas por el  este, y  a la altura de la puerta, se encuentra la mezquita de Cadi Ayyad Ben Moussa. Es también a través de esta puerta, por la que los almohades intentaron, en vano apoderarse de Marrakech en 1129. Más tarde, se llega a la primera de las dos puertas que se abren al barrio de los curtidores: Bab ed Debbagh y Bab Kechiche. Al acercarnos al río, notaremos en la nariz, los olores característicos de los productos utilizados en las tenerías.

Continuando el viaje se llega a la impresionante Bab El Khemis, la puerta del jueves, custodiada por dos imponentes bastiones. Desde allí, salía el antiguo camino de Fez y es, también, el punto de entrada para el que quiere ir a la madraza Ben Youssef.

Desde Bab el Khemis, el conductor, toma el camino del  Palmeral hacia  la puerta de  Bab Doukhala, construida en el siglo XII por los almorávides. Desde aquí, se encuentra a 400 metros,  Bab Er Raha; la última parada es Bab Nkob donde se inició el recorrido.